La actividad física y el deporte son
posibles gracias a la contracción muscular. A su vez, la mayor o
menos capacidad contráctil depende de muchos factores, como la
magnitud de la masa muscular, el tipo de fibra que compone el músculo
y la capacidad de rendimiento energético. En cuanto a este
rendimiento energético, va a ser función de la eficacia energética
celular y de la capacidad oxidativa, lo que esta en relación con la
ventilación pulmonar y el flujo sanguíneo muscular.
La fatiga muscular
Aunque la fatiga muscular se puede
definir de muchas formas, una manera simple es considerarla como la
imposibilidad de generar una fuerza requerida o esperada, producida o
no por un ejercicio precedente. Debe siempre tenerse en cuenta que se
trata de un mecanismo defensivo, que tiene como objetivo el prevenir
la aparición de lesiones celulares irreversibles cuando se alteran
las funciones orgánicas por motivos muy diversos, tales como cambios
metabólicos, alteraciones hidroeléctricas, decepción de sustratos
energéticos, etc.
Según el tipo de aparición, podemos
distinguir entre:
- Fatiga aguda: Se presenta en una sesión de entrenamiento o competición y puede afectar a un grupo localizado de músculos o a la totalidad de la musculatura.
- Fatiga subaguda: También se conoce con la denominación de sobrecarga. Se produce por niveles de entrenamiento relativamente altos que exceden el nivel de tolerancia del musculo. Aparecen alteraciones de tipo inflamatorio y lesiones musculares más o menos intensas entre las 8 y 72horas tras el sobreesfuerzo.
- Fatiga crónica: El síndrome de sobre-entrenamiento aparece cuando se va desequilibrando la relación entre el entrenamiento o competición y recuperación. La diferencia con la anterior radica fundamentalmente en la duración y el tiempo requerido para la curación.
Requerimientos y recomendaciones
nutricionales
Una persona que
practica el deporte de modo habitual, se puede decir que tiene
aumentados sus requerimientos nutricionales en muchos o la gran
mayoría de nutrientes por diversas razones, entre las cuales la mas
importante y decisiva es la necesidad de proveer al individuo de una
mayor energía disponible.
Normalmente en
el caso del deportista habitual, no pueden aplicarse las ingestas
recomendadas ni los objetivos nutricionales que se aconsejan a
individuos medios, no deportistas habituales, y esto es tanto mas
así, cuanto mayor es el nivel de práctica deportiva. De ahí que la
forma de ajustar los aportes nutricionales se haga de modo distinto
como a continuación exponemos:
Proteínas
El deportista
suele tener mayores requerimientos nitrogenados (proteicos), no solo
por la mayor cantidad de masa muscular, sino porque hay un mayor
grado de proteolisis (degradación de proteínas) muscular debido a
la situación hormonal presente durante el ejercicio físico, con
predominio de hormonas de acción proteolítica como son cortisol y
glucagón, y disminución de la hormona anabolizante insulina.
Incluso
durante el reposo o recuperación, en que predomina la síntesis
(formación), hay sin embargo, fenómenos de degradación (rotura de
moléculas), especialmente al principio, de proteínas usadas durante
el ejercicio físico.
Energía.
Distribución del aporte energético.
Los
requerimientos energéticos de un individuo concreto dependen de
diversos factores, entre los que destacan tipo de modalidad
deportiva, la intensidad a la cual se ejercita y la duración de
práctia de la misma.
En la siguiente
tabla, se expresan, a modo de ejemplo, una serie de deportes y los
gastos energeticos medios a tres niveles de intensidad diferentes.
|
Intendidad baja |
Intensidad Media |
Intensidad Alta |
Aeróbico |
|
|
|
Aeróbic |
452
|
525
|
630
|
Marcha |
(4'8 km/h) 230
|
(5'5 km/h) 250
|
(6km/h)275
|
Carrera |
(11km/h) 785
|
(16km/h) 1.140
|
(18'2 km/h) 1.300
|
Natación (crawl) |
(1'6 km/h) 420
|
(2'6km/h) 700
|
(3'2 km/h) 1.600
|
Remo |
(recreación) 300
|
(5'6 km/h) 660
|
(17'6 km/h) 970
|
Aeróbico/Anaeróbico |
|
|
|
Fútbol |
350
|
595
|
840
|
Baloncesto |
490
|
665
|
840
|
Balonmano |
560
|
700
|
840
|
Voleibol |
210
|
315
|
420
|
Anaeróbico |
|
|
|
Esgrima |
420
|
560
|
700
|
Halterofilia |
|
|
450
|
Lanzador de béisbol |
|
|
390
|
Velocidad |
|
|
(30'2 km/h) 9.480
|
Gasto
energético (kcal/hora) en varón de 70kg (estándar).
Se puede
observar como una hora de carrera ligera (11km) a intensidad baja
puede requerir 785kcal, mientras que igual periodo de tiempo
practicando a alta intensidad (18 km) eleva los requerimientos a
1.300kcal.
Por otra parte,
y en cuanto al ajuste de la dieta, lo primero es ajustar la proteína,
y a continuación, el resto se distribuye entre hidratos de carbonos
y grasa, con la idea general de que estos dos (hidratos y grasas)
predominan claramente sobre las proteínas.
Hidratos de
carbono
Durante el ejercicio, los hidratos de carbono (HC) almacenados como
glucógeno muscular se utilizan como fuente de energía para el
musculo. En el hígado en cambio, el glucógeno se reconvierte por en
glucosa, que pasa a la sangre y de esta a los músculos que trabajan.
Cuando el glucógeno se encuentra agotado por el ejercicio, tiende a
aumentar la formación hepática de glucosa.
Las reservas de glucógeno también se pueden modificar mediante la
dieta. Así, un ayuno de 24horas o una dieta normal en calorías pero
baja en HC, reduce considerablemente las reservas hepáticas y
musculares de glucógeno y, por el contrario, una dieta rica en HC
consumida durante varios días, aumenta las reservas.
Sin embargo, la reserva de HC es esencial, tanto porque la glucosa
es un material energético que, a diferencia de los lípidos, puede
utilizarse en ausencia de oxigeno, como por el hecho de que tejidos
tales como el cerebro o las células sanguíneas no son capaces de
utilizar los lípidos. Además, existen vías metabólicas en las
que el exceso de glucosa se puede transformar en ácidos grasos,
pero ninguna en sentido contrario.
Lípidos
La grasa debe representar de modo general alrededor del 30% de la
energía total, y en el perfil de ácidos grasos deben predominar los
ácidos grasos monoinsaturados, frente a saturados y poliinsaturados
que deben mantenerse siempre en los niveles indicados para un
individuo no deportista.
*El equilibrio para los ácidos grasos de un individuo estándar no
deportista, sería:
- Saturados:7-8%
- Monoinsaturados:15-20%
- Poliinsaturados:5%
Cuando la actividad física exige un aporte diario por encima de
4.500kcal existen dificultades para ajustar la grasa a un 30% de la
energía total por el obligado aumento que deben tener los HC, y por
tanto los alimentos hidrocarbonatados, aspecto que en muchas
ocasiones es subestimado.
Debe prestarse especial atención al aporte de ácidos grasos
poliinsaturados, especialmente linoléico, suministrado a través de
aceites de semillas, algunos de los cuales, como el de pepita de uva
y germen de trigo, son en muchas ocasiones preferidos especialmente
por deportistas, sin haber ninguna razón especial para su consumo,
sino todo lo contrario.
La razón está en que estos ácidos favorecen la vulnerabilidad
oxidativa de las membranas celulares, y dado que el ejercicio físico
comporta por sus elevados requerimientos de oxigeno un estrés
oxidativo, existe un riesgo evidente, al menos a largo plazo, de
aparición de enfermedades ligadas al citado estrés.
Vitaminas
En general, se puede decir que las necesidades de vitaminas están
aumentadas en los individuos que llevan a cabo una actividad física
de cierta magnitud y con asiduidad, aunque se está lejos de poder
cuantificar esa necesidad y mucho menos dentro de cada modalidad
deportiva.
No obstante, la seguridad de aportar la necesaria ingesta de
vitaminas, pasa por suministrar el adecuado aporte energético, de
macronutrientes (proteínas, hidratos de carbono y lípidos) y
micronutrientes (vitaminas y minerales), a través de una
alimentación variada y equilibrada, como ya he dicho en otros
artículos.
Minerales
respecto a sus necesidad, se pueden hacer las mismas consideraciones
generales que respecto a las vitaminas, en el sentido que en general,
los requerimientos deben estar aumentados en el deportista habitual,
aunque la magnitud de estos incrementos no está clara, al menos para
establecer recomendaciones generales.
Agua
En el caso del ejercicio físico, el aporte de agua cobra especial
importancia, ya que debe cubrir las perdidas corporales inherentes al
mismo, y en caso de no hacerlo, no solo se compromete el rendimiento
físico del deportista, sino su propia salud.
Distribución dietética diaria
- Dado que fundamentalmente las demandas nutricionales don mas elevadas para el deportista, la ingesta alimentaria total será también superior. En función de ello podrían hacerse varias comidas al día (de 3 a 4), no siendo el desayuno ligero, y pudiendo llegar a 5 ó 6, dependiendo del volumen total de la ingesta.
- No debe coincidir la practica deportiva con el proceso digestivo, dado que esto constituiría una competición por la irrigación sanguínea, pudiendo afectarse ambos e incluso con carácter nocivo. Hay que tener en cuenta que los músculos en situación de reposo tienen un flujo sanguíneo de 0'9litros/minuto, que representa un 15% del gasto cardíaco, pero en ejercicio máximo, aumenta a 25'5litro/minuto, que constituye el 85% del citado gasto cardíaco.
- Todas las comidas deben ser variadas de tal como que coincidan al menos los macronutrientes (proteínas, hidratos y lípidos). No obstante, la riqueza en HC debe aumentar significativamente tras los ejercicios, con el fin de producir la recuperación de los depósitos de glucógeno muscular.
- Deben respetarse recomendaciones alimentarias saludables, pues si bien esto es válido para todas las personas, lo es especialmente en el deportista tanto más cuanto más practica deportiva exista.
- Es especialmente importante la ingestión de agua para las rehidrataciones correspondientes, aconsejándose la misma aunque no se tenga sensación de sed, ya que esta no es siempre el mejor indicador del estado hídrico (la sed es el primer síntoma de deshidratación).¡¡¡La salud es vida!!!
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