Ya sabemos que una buena alimentación es fundamental para tener una buena condición física, pero, ¿y la psíquica o mental? También los alimentos tienen una gran influencia en nuestra condición mental, en nuestro estado de ánimo.
Una alimentación desequilibrada puede producir carencias de vitaminas o minerales, y esto se manifiesta mediante apatía, desgana, irritabilidad, nerviosismo, cansancio, falta de atención, fallos de memoria, de concentración e incluso depresión. Muchos de estos síntomas son también comunes en el déficit de atención en niños en edad escolar, que muchas veces viene dado por una mala alimentación y por no tener un desayuno completo antes de comenzar la jornada escolar.
Por lo tanto, sea cual sea tu edad, siempre es recomendable tener una alimentación sana y equilibrada, para prevenir y mejorar nuestra salud, que a nadie nos viene mal.
La mayoría de las aproximadamente 40 millones de células cerebrales son influenciadas directa o indirectamente por la serotonina. Esto incluye las células del cerebro relacionadas con el estado de ánimo, el deseo, apetito, sueño, memoria y aprendizaje, regulación de la temperatura y comportamiento social.
La serotonina también puede afectar el funcionamiento de nuestro sistema cardiovascular, los músculos y los diversos elementos del sistema endocrino.
Con todo esto, estaremos locos por aumentar la serotonina en nuestra dieta, ¿no?
¿Cómo lo conseguimos? Podemos aumentar la serotonina en nuestra dieta, pero de forma indirecta; a través de un aminoácido que promueve la liberación de serotonina de nuestro cerebro.
El triptófano es un aminoácido esencial, es decir, que sólo se obtiene a través de la alimentación. Abunda en los huevos, la leche, los cereales integrales, el chocolate, la avena, los dátiles, las semillas de sésamo, los garbanzos, las pipas de girasol, las pipas de calabaza, los cacahuetes, los plátanos, la calabaza y la espirulina.
Los alimentos ricos en triptófano, son alimentos que están dentro de los alimentos proteicos, que son leche, huevos, legumbres, carne y pescado.
Como siempre, el ejercicio físico juega también un papel muy importante en nuestro estado anímico. Hacer ejercicio físico regularmente aumenta la adrenalina y la serotonina, nos ayuda a descansar mejor,nos ayuda a mantener nuestra forma física y es el mejor mantenimiento que podemos ofrecerle a nuestro corazón.
A lo mejor, al leer esto, pensáis que llevar una alimentación sana y hacer ejercicio regularmente, no está hecho para vosotros.
tened en cuenta que el concepto de "dieta" está mal definido. Una persona obesa que se pone "a dieta", no puede estar uno o dos meses a dieta y luego volver a su alimentación que tenia antes.
Pues vaya pérdida de tiempo, no?
"Ponerse a dieta" significa reeducar a nuestro cuerpo, reeducar nuestro estilo de vida, e integrar el ejercicio físico como parte de nuestra rutina diaria.
Te aseguro que una vez que empiezas a hacer ejercicio habitualmente, tu cuerpo sólo te irá pidiendo una alimentación mas sana, sin tantos fritos ni alimentos que solo nos aportan calorías vacías.
Todo es ponerse! Además, ahora que por fin parece que el sol ha decidido quedarse, que los días son mas largos y la temperatura más suave, ¡no hay excusa para salir a andar todos los días!
Una alimentación desequilibrada puede producir carencias de vitaminas o minerales, y esto se manifiesta mediante apatía, desgana, irritabilidad, nerviosismo, cansancio, falta de atención, fallos de memoria, de concentración e incluso depresión. Muchos de estos síntomas son también comunes en el déficit de atención en niños en edad escolar, que muchas veces viene dado por una mala alimentación y por no tener un desayuno completo antes de comenzar la jornada escolar.
Por lo tanto, sea cual sea tu edad, siempre es recomendable tener una alimentación sana y equilibrada, para prevenir y mejorar nuestra salud, que a nadie nos viene mal.
Aparte de una alimentación sana y equilibrada, hoy vamos a centrarnos en un neutransmisor que influye de forma directa sobre nuestro estado de ánimo. Si su nivel en sangre es alto, te otorga placer y sensación de bienestar, disminuyendo así el deseo de comer dulces, bollería industrial, o harinas refinadas (presentes en productos de bollería industrial, y dulces comerciales). En cambio, si el nivel en sangre de este neurotransmisor es bajo, comienzas a tener más deseos de comer alimentos dulces y refinados, que no convienen, casi no alimentan y solo influyen en aumentar de peso. El ejemplo más claro que puedo poner, es la típica situación de "estoy mal, voy a comerme un kilo de helado de chocolate". Y este neurotransmisor, tan juguetón con nuestro estado anímico, se llama Serotonina.
La mayoría de las aproximadamente 40 millones de células cerebrales son influenciadas directa o indirectamente por la serotonina. Esto incluye las células del cerebro relacionadas con el estado de ánimo, el deseo, apetito, sueño, memoria y aprendizaje, regulación de la temperatura y comportamiento social.
La serotonina también puede afectar el funcionamiento de nuestro sistema cardiovascular, los músculos y los diversos elementos del sistema endocrino.
Con todo esto, estaremos locos por aumentar la serotonina en nuestra dieta, ¿no?
¿Cómo lo conseguimos? Podemos aumentar la serotonina en nuestra dieta, pero de forma indirecta; a través de un aminoácido que promueve la liberación de serotonina de nuestro cerebro.
El triptófano es un aminoácido esencial, es decir, que sólo se obtiene a través de la alimentación. Abunda en los huevos, la leche, los cereales integrales, el chocolate, la avena, los dátiles, las semillas de sésamo, los garbanzos, las pipas de girasol, las pipas de calabaza, los cacahuetes, los plátanos, la calabaza y la espirulina.
Los alimentos ricos en triptófano, son alimentos que están dentro de los alimentos proteicos, que son leche, huevos, legumbres, carne y pescado.
Como siempre, el ejercicio físico juega también un papel muy importante en nuestro estado anímico. Hacer ejercicio físico regularmente aumenta la adrenalina y la serotonina, nos ayuda a descansar mejor,nos ayuda a mantener nuestra forma física y es el mejor mantenimiento que podemos ofrecerle a nuestro corazón.
A lo mejor, al leer esto, pensáis que llevar una alimentación sana y hacer ejercicio regularmente, no está hecho para vosotros.
tened en cuenta que el concepto de "dieta" está mal definido. Una persona obesa que se pone "a dieta", no puede estar uno o dos meses a dieta y luego volver a su alimentación que tenia antes.
Pues vaya pérdida de tiempo, no?
"Ponerse a dieta" significa reeducar a nuestro cuerpo, reeducar nuestro estilo de vida, e integrar el ejercicio físico como parte de nuestra rutina diaria.
Te aseguro que una vez que empiezas a hacer ejercicio habitualmente, tu cuerpo sólo te irá pidiendo una alimentación mas sana, sin tantos fritos ni alimentos que solo nos aportan calorías vacías.
Todo es ponerse! Además, ahora que por fin parece que el sol ha decidido quedarse, que los días son mas largos y la temperatura más suave, ¡no hay excusa para salir a andar todos los días!
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