La congelación es un método muy eficaz para conservar el valor nutricional, textura y sabor de los vegetales. La mayoría de las vitaminas se conservan perfectamente en los productos congelados, e incluso algunas, como la vitamina A, se conserva incluso mejor que en los productos frescos, ya que se destruye en contacto con la luz. Además, los vegetales congelados requieren de menor tiempo de cocción, con lo que las pérdidas de vitaminas al caldo de elaboración son menores que en los productos frescos.
Dulce, salado, amargo y ácido. Tradicionalmente se han reconocido solo cuatro sabores primarios. Esta pequeña lista se amplió hace siete años con el umami, un gusto sabroso sin llegar a ser salado que se asocia con el glutamato monosódico, un aminoácido presente en las proteínas que produce una sensación gustativa distinta. El umami (delicioso o sabroso en japonés) no era ni definitivamente dulce, ni amargo, salado o ácido. En el paladar producía una sensación gustativa diferente, como la que deja el jamón ibérico, las algas, la salsa de soja o el queso parmesano. Cuando se identificaron los receptores gustativos específicos en la lengua humana, el umami se convirtió en el quinto sabor. En el año 1908, el profesor de química de la Universidad Imperial de Japón, Kikunae Ikeda, mientras analizaba unas algas kombu, muy ricas en umami, consiguió aislar uno de sus principales componentes, el glutamato monosódico (también conocido como ácido glutámico...
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