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Alimentación Macrobiótica


La alimentación macrobiótica nace de la medicina china y el budismo zen: La salud es sinónimo del equilibrio entre el Yin y el Yan.

Quienes siguen este tipo de alimentación, afirman que para combatir cualquier enfermedad, lo principal es la alimentación, que nutre cuerpo y mente. Ven una tontería recurrir a algún tipo de medicina cuando no se dejan de consumir “venenos” como azucares refinados, grasas saturadas, sal, alcohol... este tipo de alimentación tiene 10 etapas hasta la la alimentación exclusivamente con cereales.


Alimentos considerados Yin-Alimentos con energía debilitante:
azúcar, miel, bebidas alcohólicas, frutas tropicales como el plátano, mango, kiwi, papaya, piña, sandía, ciruela, verduras como las papas, berenjena, tomate, ajo y remolacha, lácteos, pan blanco, embutidos, carne, huevos, almejas, vitamina C, especias, alimentos procesados, conservas, colorantes o ingredientes químicos.

Alimentos consideraos Yan -Alimentos con energía tonificante:
cereales (trigo, centeno, maíz, cebada, mijo, avena), legumbres, algas marinas, ocasionalmente pescado, vitaminas A, B6, D, E y K, y vegetales cultivados sin pesticidas, en huertos caseros, lo cual ha encontrado gran aceptación entre los rivales de la industria alimentaria. Es muy importante preparar los alimentos al vapor y se debe cocinar con sal marina no yodada.


Características de la alimentación macrobiótica
  • Los alimentos que rigen esta dieta son los cereales integrales, preferentemente arroz, cebada, maíz, trigo, avena y centeno, seguidos por las verduras, las legumbres (preferentemente soja), así como frutos secos y porciones pequeñas de pescado blanco.
  • Los únicos alimentos que deben consumirse son los provenientes de cultivos ecológicos, las verduras deben haber sido cosechadas de granja.
  • Se excluyen alimentos naturales que hayan sido cultivados con productos químicos o pesticidas.
  • En lo posible se recomienda consumir las frutas y verduras frescas y crudas y en caso de cocinarlas, hacerlo utilizando aceites vegetales, al vapor y condimentar sólo con sal marina.
  • Consumir los alimentos de la región, y de temporada.
  • Se excluyen las carnes, los embutidos, el café, las bebidas alcohólicas, las grasas animales, los huevos y los lácteos (se sustituye la leche de vaca por leche de soja)
  • Se excluye el consumo de alimentos procesados, con especias, conservantes, aditivos y/o colorantes
  • En lo posible se deben evitar los fritos y las grasas
  • Se comen solo los huevos fertilizados, y uno cada diez días.
  • Están permitidos los té de hierbas provenientes de Japón o China. Nunca café.
  • Masticar muy bien cada alimento antes de tragarlo (al menos unas 50 veces)
  • Los alimentos deben comerse en pequeñas porciones
  • Se limita el consumo de líquidos, la base líquida es el agua y se excluye el consumo de gaseosas, bebidas azucaradas o procesadas químicamente. Además, los líquidos solo se pueden beber después de las comidas, pero nunca durante. También se debe beber a sorbos. 

    Aquí tenemos la pirámide de la alimentación Macrobiótica. 




Conclusión:
Para los seguidores de este tipo de alimentación, no es solo una dieta, es un estilo de vida. Es una forma de entender la vida. Tenemos en cuenta que todo esto, a nosotros, más de dieta mediterránea, puede sonarnos un poco raro. La alimentación entra dentro de la cultura de cada país.
Este tipo de alimentación es muy desequilibrada: es (finalmente) una dieta casi exclusivamente cerealista; muy baja en proteínas (que puede provocar déficit de aminoácidos), carencia de hierro, vitaminas A, D, B12, caroteno, vitamina C.
Tiene también un bajo contenido en calcio y hierro, dificultada la absorción por la presencia de ácido fítico en las envueltas de los granos de cereales.
Por otro lado, la reducción del agua de bebida para todas las dietas constituye un peligro que se manifiesta por deshidratación e insuficiencia renal.


Mi pequeña opinión:
Nuestro cuerpo puede sufrir alteraciones si empezamos con este tipo de dieta “del tirón”. Si te decides a empezar este tipo de alimentación (yo siempre recomiendo una dieta mediterránea equilibrada, pero para gustos colores), habla con profesionales (me incluyo), y hazte revisiones médicas para descartar anemias y déficit de vitaminas.


¡¡¡La salud es vida!!!

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