El tema de hoy es la obesidad infantil.
Y es que es un tema bastante peliagudo, sobre todo cuando superamos "al todo campeón de obesidad" Estados Unidos.
Y es que ya llevamos algunos años con un aumento de obesidad importante. Sobre todo en los más jóvenes.
Se ve que las estrategias contra la obesidad infantil como la estrategia NAOS o el código PAOS (que a groso modo, son estrategias para controlar la obesidad y aumentar el ejercicio físico; Controlan la coregularicación de publicidad de alimentos y bebidas dirigidas a menores) no han surgido mucho efecto.
Cuando yo era pequeña, no era necesario (o por lo menos tanto) regular este tipo de cosas. En mi colegio (ni instituto) no había (desconozco si ahora las hay) maquinas dispensadoras de comida o bebida. Como mucho, tenias que hacer cola (y te tomaba mas de la mitad del recreo) en la cafetería para comprar un bocadillo. Pero era eso, un bocadillo. Casero.
Y también me he comido mis bollicaos, y mis donuts, y mis paquetes de patatas, gusanitos; pistachos, anacardos y gomitas. Pero no paraba.
Ya en el colegio hacíamos gimnasia, y luego por la tarde, que si a clases de ingles, que si a ballet, que si a piano, que si a coro, que si a teatro, que si a atletismo... Y claro, vivía en un pueblo pequeñito, así que iba a todos lados andando (o corriendo porque llegaba tarde).
También tenía una buena maestra de alimentación en casa (aunque en aquellos tiempos no me lo pareciera), que me obligaba a comerme toda la comida, era la típica frase de "hasta que no te termines las lentejas..." No podía con las lentejas, las odiaba! Pero tenia que comerlas. Y no me quedaba otra si no quería que mi madre se enfadase conmigo y volver a tener ahí las lentejas a la hora de cenar. ¡¡¡¡¡Y no sabe ahora cuanto se lo agradezco!!!!
Mi madre no era la típica que yo le decía "no quiero esto" y me ponía otra cosa. No. Eso era lo que había. Y si tenía hambre, me lo comía. Y san se acabó.
Y creo que eso casi no se da hoy día.
Hoy día, si el niño no quiere unas lentejas, se le hace un huevo frito con patatas. Que si, que está muy bien que el niño coma huevos con patatas, pero también tiene que comer lentejas!
Claro, que aparte de una alimentación poco adecuada (cada vez mas alejada de la alimentación que tenían nuestros padres o abuelos, con los productos de la tierra y de temporada), caprichos, el no comer en casa, el que los padres estén trabajando y casi no tengan tiempo de interactuar con sus hijos, etc, tiene cabida otro motivo muy importante, y creo que el más destacable: la ausencia de ejercicio físico.
Y es que, hoy día, cada vez veo a menos niños por la calle con bicis, con pelotas o corriendo unos detrás de otros. La calle casi no tiene vida. Y eso me parece muy triste.
No todo es culpa de los padres (tampoco vamos a machacarlos ahora!) que también tienen que implicarse en el ejercicio con sus hijos, si bien entre semana están ocupados y no pueden dedicarle tiempo a sus hijos, aprovechad el fin de semana! Llevároslos al campo, a patinar, a conocer lugares nuevos...movimiento!
Y como he reiterado anteriormente, no todo es culpa de los padres. Desde aquí, aunque supongo que inutil, hago un llamamiento a los ayuntamientos (a la gran inmensa mayoría), ¡¡dejad que los niños jueguen con las bicis y los balones en el parque!!
No entiendo que tiene de malo, cuando yo era pequeña, los parques eran para eso. Ahora, que? ahora solo sirven para que hagan botellón?
No entiendo ese porqué. Y no es que lo haya visto solo en un sitio...No. Lo he visto en miles de sitios!
Así que, empecemos a juntar factores: alimentación poco adecuada + caprichos y picoteo excesivo y no controlado por los padres + ausencia de ejercicio físico + prohibición municipal de jugar en parques.
¿Que resultado nos da esto? Unos niños que superan en obesidad a EEUU.
La obesidad infantil está relacionada con una mayor morbilidad y mortalidad. Los niños con sobrepeso u obesidad tienen mayor riesgo de padecer a edades mas tempranas enfermedades no transmisibles (pero si crónicas) como la diabetes o distintas enfermedades cardiovasculares (ECV). Y todo esto, aparte de una baja calidad de vida, conlleva un gasto sanitario enorme.
¿Alguna solución?
Los niños son niños, y como tales, tienen que correr, gritar, ensuciarse, despellejarse rodillas y codos, caerse mil veces de la bici, tocar al timbre y salir corriendo...
Las videoconsolas están bien para un rato, pero no dejéis que vuestros hijos pasen horas y horas jugando. Sacadles a la calle. Y llevarlos a algún sitio donde puedan jugar a la pelota, saltar al eslástico, a la comba, a la rayuela....
Inculcad salud a vuestros hijos, y tendremos unos adultos sanos, que pueden seguir con nuestra lucha.
¡La salud es vida!
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